*
¿Por qué, brisa aromada, me traes el perfume
de mi amada? Sin duda, lo robaste al rozarla.
¿Por qué? ¿Qué son para ti sus trenzas
perfumadas?
¡Oh, rosa! ¿Qué eres tú ante su rostro?
Como el almizcle es mi amiga,
suave y sin espinas.
Suave albahaca ¿qué eres ante el vello
de sus mejillas? Mi amada es todo frescor
y tus hojas están grises de polvo.
Y tú, narciso, ¿qué eres ante sus ojos risueños?
Los suyos son todo alegría, más los tuyos
no brillan.
Y tú, ciprés, ¿qué eres ante su esbeltez?
¿Cómo pretendes reinar en su jardín?
¡Oh sabiduría! ¿Cómo optar entre tú
Y su amor? Un día, ¡oh, Shajin! alcanzarás
la alegría si en el desierto de la espera
no has desfallecido de fatiga.
domingo, 8 de noviembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario